5.9 La experiencia de Priya identificando posibles sospechas de grooming

«El mes pasado me llamaron una joven y Fran, el entrenador del equipo femenino. Fran estaba nervioso, pero quería mi opinión sobre un árbitro, Stefan, uno de nuestro oficiales principales. Stefan es muy conocido, tiene buenas relaciones y trabaja mucho con nuestros equipos nacionales.

En diferentes momentos del año pasado, varias personas se pusieron en contacto con Fran para decirle que Stefan, a veces, les había hecho sentir incómodas. Individualmente, todos estos problemas parecían ser diferentes y poco relevantes. Ninguna de las personas con las que habló quería presentar una queja o una denuncia formal, y a la mayoría les incomodaba incluso hablar conmigo. Algunos ejemplos incluían a Stefan siendo demasiado familiar con algunas de las jugadoras más mayores, haciendo chistes groseros y comentarios delante del equipo, y comentando el aspecto de las jugadoras más jóvenes. Una madre dijo que se sintió incómoda porque Stefan siempre estaba demasiado cerca de las chicas, a menudo con un brazo alrededor de ellas, y se dio cuenta que, a veces, parecía estar mirando a sus pechos en lugar de a sus caras.

Cada vez que Fran habló del tema, decidieron que no había muchos motivos de preocupación, y que probablemente Stefan era simplemente una persona muy cariñosa. Realmente no había hecho nada. Todos concluyeron que se trata de una persona muy particular. Fran decidió no hablarlo con Stefan, pero se lo mencionó una vez informalmente al jefe de Stefan, y le regañaron un montón. Firmemente le dijo que estaba armando un escándalo por nada y que historias exageradas como esa podrían costarle a Stefan su trabajo, y a nuestra federación, su mejor árbitro. Así que Fran lo dejó ahí.

Recientemente, Fran asistió a una concentración para todos los equipos y, como de costumbre, Stefan estaba allí. Ese tiempo pareció centrarse en dos niñas sub-16 en concreto, pasando mucho tiempo con ellas, en la cafetería durante las comidas y durante el tiempo libre por la noche. Las niñas parecían disfrutar de su atención, pero una de sus amigas le dijo a Fran que Stefan las había convencido para darle sus números de móvil. Les había estado mandando mensajes de texto que ella calificó como "mensajes muy personales" y les había pedido que no se los mostrase a sus padres o a los entrenadores. Dijo que las niñas se sentían un poco más nerviosas ahora. Por lo tanto, Fran decidió ponerse en contacto conmigo».