2.1.3 Política docente en todos los niveles educativos y prioridades

La armonización de la política docente en los diversos niveles educativos de un país —primera infancia, primaria, secundaria general y formación profesional— y en consonancia con la evolución de prioridades, puede mejorar la adaptabilidad para garantizar una mayor cohesión a la hora de responder a las cambiantes necesidades educativas. Los Gobiernos tienden a compartimentar la contratación y la preparación de los docentes por nivel educativo. Cuando se opta por la profesión docente, normalmente se busca una carrera con cierto nivel de educación. Sin embargo, las condiciones personales, profesionales y materiales hacen cambiar la movilidad entre los niveles e influyen en ella.

La normativa internacional fomenta dichas posibilidades. Las políticas y la planificación gubernamentales deben tener en cuenta el hecho de que los docentes pueden decidir cambiar de un nivel educativo a otro, o dejar la enseñanza en las aulas para asumir otras responsabilidades educativas relacionadas con la administración, la investigación o la preparación de docentes (OIT/UNESCO, 1966). Al ajustar la planificación de cara al futuro de manera que satisfaga las cambiantes necesidades educativas, la política docente puede ayudar a evitar alteraciones innecesarias que conduzcan a carencias cuantitativas o cualitativas. Algunos ejemplos son:

  • o Garantizar la paridad o equivalencia salarial y otras condiciones laborales en los distintos niveles educativos, en función de las aptitudes exigidas y la necesidad educativa: un ejemplo es la importancia cada vez mayor de la EPI y la necesidad de contratar, educar y conservar docentes cada vez más cualificados en este nivel en relación con las escuelas primarias (OIT, 2014: 10-20 – véase también el Apartado 2.1.4);
  • Reflejar la importancia de la educación primaria o básica (así como la educación secundaria inicial) en términos de salarios, recursos escolares y condiciones de docencia, en comparación con el personal docente de la educación secundaria superior, más especializado en una determinada materia. Se tiende a formar a estos últimos de manera diferente y a remunerarlos a niveles más altos, pero hay una necesidad similar de docentes de escuela primaria y de educación secundaria inicial que estén altamente cualificados, motivados y cuenten con los recursos necesarios (OCDE, 2014a: 46-48);
  • Implementar políticas para abordar la falta de docentes en los distintos niveles, ya sea debido a una escasez generalizada de personal docente cualificado o a lagunas de perfiles específicos (en términos de asignaturas, idiomas o competencias pedagógicas para cumplir con las necesidades especializadas, tales como las de los niños pequeños y las poblaciones marginales) (UNESCO, 2014a: 239-240).
  • Anticipar los posibles cambios demográficos en cuanto a necesidades de contratación y preparación con relación a las nuevas prioridades educativas, lo cual requiere:
    • Contratar a más hombres para la EPI o a más educadoras para las escuelas primarias y secundarias en países y áreas donde no estén bien representadas para facilitar el acceso de las niñas a la educación;
    • Alcanzar un mayor equilibrio en la distribución de docentes en zonas rurales/urbanas, en particular en las escuelas desfavorecidas en áreas urbanas o remotas para las cuales es difícil contratar docentes (uno de los problemas más serios a los que se enfrentan los responsables de las políticas y de la toma de decisiones en un gran número de países);
    • Rejuvenecer la profesión cuando el cuerpo de docentes envejezca, ajustándola para eliminar los factores que creen altos índices de abandono entre los jóvenes docentes y desalienten a los recién incorporados;
    • Alcanzar una educación inclusiva para las poblaciones desfavorecidas, tales como los alumnos de minorías étnicas, comunidades nómadas o de minorías lingüísticas o aquellos que tienen necesidades educativas especiales (OCDE, 2005: 54-60; OCDE, 2014a: 32-33, 40-43; UNESCO, 2014a: 22, 25, 28).

Es especialmente importante contar con una política docente con visión de futuro, capaz de anticipar y abordar las dificultades potenciales y ofrecer soluciones para garantizar la efectividad de la enseñanza y el aprendizaje a pesar de la escasez de recursos en las situaciones excepcionales de crisis, en las que es posible que un gran número de docentes y alumnos sufran desplazamientos internos o se conviertan en refugiados (Internacional de la Educación – IE, 2014a; Red Interinstitucional para la Educación en Situaciones de Emergencia – INEE, 2009; Equipo Especial Docente, 2011a; UNESCO, 2014a; véase también el Apartado 3.1). Estas situaciones incluyen:

  • Conflictos civiles o zonas de conflictos armados, generados interna o externamente.
  • Situaciones de emergencia creadas por desastres naturales o provocados por el hombre.
  • Desafíos excepcionales relacionados con la salud pública, tales como la crisis del ébola en 2014 en África occidental o la continua lucha contra el VIH en diversos países.

Armonización de la política docente con la política educativa continuada

2.1.4 Armonización de la política docente con otras políticas nacionales