3.2.1 Formación docente inicial

La educación inicial para docentes (también conocida como formación o capacitación docente previa al servicio) es clave para la calidad y el rendimiento docentes. Darling-Hammond (2000: 1) explica que:

los resultados de los análisis, tanto cualitativos como cuantitativos, sugieren que las inversiones en la calidad de los docentes pueden estar relacionadas con las mejoras en el rendimiento de los estudiantes. Los análisis cuantitativos indican que las medidas de preparación y certificación de los docentes tienen, por mucho, la mayor correlación con los logros de los alumnos en lectura y matemáticas, tanto antes como después de revisar el nivel de pobreza y el idioma del alumno [...] Este análisis sugiere que las políticas adoptadas por los Estados [en EE. UU.] por lo que respecta a la educación, la licenciatura, la contratación y el desarrollo profesional de los docentes pueden marcar una diferencia importante en las cualificaciones y capacidades de los docentes aportan a su trabajo.

En la India, se descubrió que la formación docente previa al servicio y las cualificaciones a nivel de máster tienen una significativa correlación positiva con los resultados de los alumnos (Kingdon, 2006). Un estudio que utilizó los datos del Consorcio de África Meridional y Oriental para la Supervisión de la Calidad de la Educación (SACMEQ, por sus siglas en inglés) halló que los años de formación profesional docente tenían una relación positiva con el éxito en matemáticas en algunos casos, pero no así en alumnos de cuatro de los cinco países (Spreen y Fancsali, 2005).

No obstante, la formación docente inicial debe ser parte de un modelo integrado de desarrollo profesional vinculado a los cursos de iniciación y la tutoría al comienzo de la carrera y con el desarrollo profesional continuo a lo largo de la misma. Es posible planificar la educación inicial de docentes como parte de una estrategia de contratación de docentes basada en las necesidades actuales (Sección 3.1). Por ello, es esencial la coordinación entre los programas de preparación docente, los ministerios o departamentos de educación (entre ellos, las estructuras descentralizadas) y los organismos encargados de financiar la formación y la contratación de docentes, en particular con un desplazamiento del énfasis hacia resultados basados en la escuela y orientados al alumno (OIT, 2012: 224–226; Moon, 2013: 11-14).

3.2 Formación docente: inicial y continua

3.2.2 Selección de candidatos y requisitos de ingreso