3.5.1 Horario laboral, carga de trabajo y equilibrio entre el trabajo y la vida familiar

La Recomendación 1966 (artículos del 89 al 93) insta a que las horas de trabajo se basen en todas las dimensiones del trabajo de los docentes y en sus necesidades personales y familiares. No obstante, en muchos contextos, en los contratos de los docentes no se especifica exactamente la definición de «horario laboral».

Bien sea basada en una definición del tiempo de formación o de enseñanza, en la presencia en el centro educativo o en el trabajo o en el total de horas de trabajo previstas expresadas en días, semanas, meses o años, una política docente debe definir las horas de trabajo esperadas de los docentes teniendo en cuenta lo siguiente:Nota a pie de página 18

  • el tiempo de docencia o de enseñanza como la responsabilidad central del docente, en función de la cantidad de alumnos y clases;
  • el tiempo de apoyo formativo basado en la preparación de las clases, la evaluación de los alumnos y las actividades de orientación;
  • el tiempo para el desarrollo profesional dentro y fuera del centro educativo, que comprende el tiempo para la reflexión personal, tutorías, enseñanza y aprendizaje colaborativo;
  • responsabilidades «administrativas», como la supervisión de estudiantes, el mantenimiento de registros y otras tareas de gestión educativa;
  • actividades extracurriculares, incluyendo clubes de actividades extraescolares, excursiones y proyectos;
  • tiempo para interactuar con los padres o tutores;
  • condiciones específicas relativas a la enseñanza y el aprendizaje en zonas rurales, remotas y desfavorecidas, incluyendo turnos dobles y clases con alumnos de distintos cursos.

Además de definir el horario de trabajo de los docentes, una de las competencias de una política docente es definir ciertos principios para la enseñanza en el aula, en particular en relación con las clases particulares, que en algunos contextos desplaza a la enseñanza en el aula (véase UNESCO, 2014a: 271-72 para un análisis sobre este asunto con ejemplos de respuestas políticas de varios países).

En los casos en que los centros educativos funcionan con varios turnos debido a que los centros o los docentes son insuficientes para la población en edad escolar, con frecuencia a los docentes se les solicita que cubran varios turnos o ellos mismos eligen hacerlo. En los casos en que los salarios de los docentes con turno único son insuficientes, esta «opción» es en realidad una necesidad. La docencia cubriendo varios turnos implica una reducción en el tiempo de formación para los alumnos y que los docentes estén cansados y menos comprometidos; amenaza la calidad de la educación y es uno de los factores que contribuyen a la baja consideración social y profesional de los docentes en muchos de los países más pobres (OIT, 2012; UNESCO, 2010a; VSO, 2008). Se alienta a los responsables de las políticas a trabajar para eliminar gradualmente la docencia en varios turnos lo antes posible; además, los docentes no deben estar obligados a cubrir varios turnos por necesidades económicas debido a salarios inaceptablemente bajos.

Una buena política docente debe permitir cargas de trabajo flexibles y ajustar el tiempo para cumplir con las metas de eficacia docente y el equilibrio entre la vida laboral y familiar. Estas metas incluyen favorecer a los docentes de mayor o menor edad, a los hombres y mujeres con responsabilidades familiares, docentes que desean trabajar a tiempo parcial o en régimen de empleo compartido y a aquellos con problemas de salud específicos, como por ejemplo portadores de VIH o personas con discapacidad. Estas políticas se deben ajustar, en la medida de lo posible, para evitar sobrecargar la administración o gestión del personal docente. Estas deben incluir disposiciones sobre:

  • jornadas de trabajo flexibles: escalonamiento de los horarios y «horarios flexibles»;
  • jornadas o semanas de trabajo más cortas o comprimidas, incluyendo trabajo a tiempo parcial;
  • trabajo y empleo compartido;
  • ciertos tipos de trabajo por turnos;
  • horarios de trabajo personalizados, sujetos al total de horas de trabajo esperadas y a las necesidades de los alumnos (OIT, 2012; OCDE, 2005).

3.5 Empleo y condiciones laborales de los docentes

3.5.2 Tamaño de la clase y proporciones entre alumnos y docentes (PAD)